LA VOZ DEL INTERIOR / Suplemento Temas / 30/10/2011
El Edén como espacio imaginario. Además de ser objeto de numerosos documentales e investigaciones, el legendario hotel de La Falda también inspiró obras de ficción, como novelas y una reciente serie televisiva.
Por José Heinz
Hay algo mágico en los hoteles. Se trata de algo propio de su funcionalidad, de los servicios que ofrecen a sus huéspedes. Un visitante puede realizar una pequeña fiesta puertas adentro de su habitación y al otro día, al cabo de unas horas, la volverá a encontrar ordenada y perfumada, como si nada de lo sucedido la noche anterior hubiera ocurrido, como si en cada jornada las cosas regresaran a su punto de inicio de forma inevitable.
Desde luego que esa supuesta magia tiene una explicación sencilla: el silencioso trabajo de los empleados. En cada hotel, a medida que aumente su lujo o categoría, mayor será el comfort que ofrezca, mayor el pacto de fantasía con su invitado de turno.
Al hablar de hoteles con magia y fantasía, es difícil no mencionar al emblema de la localidad de La Falda. Lejos de la construcción seriada que caracteriza a las cadenas internacionales, el legendario Hotel Edén, ubicado a unos 76 kilómetros al noroeste de la ciudad de Córdoba, es único en su clase. No hubo ni habrá otro igual. No sólo por los detalles en su construcción o la belleza y comodidad de sus espacios, sino además por las historias que atesoran sus paredes. Algunas de esas historias fueron sacadas a relucir con el correr de los años; otras quedarán para siempre en el irrebatible apartado de las leyendas.
En las primeras décadas del siglo 20 visitaron el Hotel Edén personalidades como los presidentes Julio A. Roca y José Figueroa Alcorta, el príncipe de Gales, el duque de Saboya y el escritor Rubén Darío, además de muchas de las familias más distinguidas de la época. Y existen versiones que indican que por allí también pasaron otros personajes fundamentales de la historia, como Ernesto “Che” Guevara, Albert Einstein y Adolf Hitler.
El vínculo del Edén con el nazismo es, de hecho, uno de los temas que más resonancia ha obtenido puertas afuera de La Falda, y ha disparado una serie de investigaciones y documentales que intentan dar cuenta de esa relación.
Con el correr de los años, sin embargo, las obras que inspiró el Edén no quedaron limitadas a registros de tono periodístico o histórico, sino también a búsquedas más estéticas y subjetivas, donde la ficción cumple el papel fundamental de unir puntos invisibles, otorgar verosimilitud allí donde los hechos no pueden ser comprobados.